Rafael Parra Barrios

Extraño tu ser!





Mamá, extraño las palabras, que de noche te escuchaba, cuando te llamaba y tú, con profundo amor, respondias hilando versos, que aderezaban los sueños de familia para hacerlos realidad.
Ahora tus palabras son voces que vienen del aire que respiramos. Estás aquí, volando y cuidando mi vivir. Percibo el perfume de tu paz en mi desvelo. Escucho tu voz en cada momento, hablo contigo en presencia de Dios, es la plenitud de tu sublime ser, que me duerme, hasta el amanecer. Entonces me levanto, camino contigo el edén de un nuevo día que entusiasma mi ser, pues guías mi vida, eterna madre, dándole sentido a mi vergel, el que sembraste siempre en mi fe.