Si hoy muriera,
por causa alguna de la vida,
no quisiera dejarte el alma herida,
ni que por mi sufrieras.
Nada siento ya,
Déjame marchar tranquilo,
partiré en paz a mi destino,
y a a tí dejaré atrás.
Me marché sin darte un abrazo,,
en el más allá te esperaré,
y puedes confiar con Fé,
que tú también, seguirá mis pasos.