QUEBRADA HONDA.
Nunca, nunca nos callarán,
aún nos roben lana y telar,
nos impidan las redes y el mar,
nuestros hijos lo traerán.
Así va el bosque cantando
con voz de copihue y retamo,
a la valiente vida sin amo,
que fusiles ayer quitaron.
Oíd al bosque y su cantar
con aroma de pinos y resina,
nombrando la mano asesina
que mató obreros en el lugar.
Allá en mi tranquilo Tomé,
un lejano día 9 de octubre,
militar de mente insalubre,
pintó con sangre el 73.
Cuatro vidas jóvenes fueron,
quitadas con balas de traición
en ruta que da a Concepción,
los árboles y el mar lo vieron.
Pesada es la mochila del asesino,
la justicia lo busca con paciencia,
miradas y voces en su conciencia,
no las callan las balas, ni el vino.
La tierra pide al tiempo responda
por tanta muerte, torturas y daños,
y a la sangre que clama por años,
Justicia, allá en Quebrada Honda.
Poeta al atardecer.
Octubre de 2021.
Héctor Lepe Moraga
Miguel Catalán Febrero
Tránsito Cabrera Ortíz
Mario Ávila Maldonado.
Siempre vivirán en cada latido de nuestras vidas sin olvido.