En las grietas áridas de mi voz,
cubierta en gotas de mañana y tarde,
o en la noche tarde cuando el sueño arde
quemado a mis pies, allí, nace un poema.
En el campo donde desgrano el alma
de todas tus ausencias cuál dulce maíz,
en letras fértiles que traen la calma,
la estampan a un muro, le encienden llamas,
construyen antorchas y arrancan de raíz,
Entre los escombros, nace la poesía.
Es, entera, una catarsis armónica,
unos pétalos de cura anacrónica
que inicia y termina con un suspiro,
simple, seca, extraviada sin latidos.
Martin Blythe
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