Alexander Vortice

LA CALAVERA

Descarga mi semántica

y guárdala en tu cajita de recuerdos precarios.

Lávame los dientes y las pupilas

con tus lágrimas de cocodrilo

y no vuelvas a decir que tengo pánico

a la hora de besar la frente de la calavera.

Socórreme cuando esté a disgusto con el mundo

y déjame morir si me ahogo en el “yo” que soy…

 

Sopórtame poco o nada de nada…

No merezco la pena, bien lo sabes:

por cabeza soy un objeto que siente

y presiente la muerte

de los cerebros momificados,

tristemente acartonados a consecuencia

de la fiebre y el orgullo de no saber/querer

transmutarse en PAZ o AMOR

de una noche más alrededor del ímpetu eterno

y próspero para la mayoría de seres humanos.