Anduvieron detrás de tus miradas,
mis anhelos, que ansiosos requerían,
esas luces fulgentes que tenían
los destellos de regias alboradas.
Cual laguna con aguas sosegadas
a la par de la luna se mecían;
y el fulgor luminoso que vertían
eran versos de musas encantadas.
En tu boca sentíamos diluirse
los suspiros de mi alma tan ardiente;
con los cuales hacíamos rendirse
tu candor, a mi flama tan candente;
que ha logrado, a mi sueño convertirse
en la rima de amor mas vehemente.
Autor: Aníbal Rodríguez.