Tu novia eterna

EL PULPO QUE SE ENAMORO DE UNA MARIPOSA (Capítulo uno)

FUERA DEL AGUA

Llevo viva 700 años, siempre oculta en la sombra de la penumbra, soy víctima de cazadores que quisieron mis tentáculos e hicieron cosas que mi mente ya no quiere recordar. Cuando las aguas cálidas de corriente ligera me llevaron, podría decir que logre salvarme, aunque ya mis tentáculos estaban quebrados y eso siempre le brindaba vergüenza a mi especie, no era ni cazador ni me alimentaba de crustáceos, no era ni pálido, ni me desplazaba con rapidez, era demasiado torpe, roto, vacío; incapaz de matar a una persona, solo capacitado para pensar lo suficiente para auto-sabotearme y auto-destruirme. Un día, una red de peces me atrapo por accidente, temí por mi vida, pero me deje llevar; y fue ahí cuando mi mundo se detuvo, era él, un humano, un ser estúpido que cree que somos alienígenas, por ende, venimos del espacio, piensa que nuestros rasgos y capacidades, no son justificables en este mundo, ya quisiera yo levantarme y hablarle, moriría de risa al ver su rosto derritiéndose de pavor al escuchar mi voz, JAJAJAJ que ser para más estúpido.

La red se rompió en el aire y mientras yo volaba por un momento, mi vida paso en un segundo, no la vida de un pulpo, mi vida humana, mi madre, mis hermanos y mi muerte. Lamentablemente, caí en los brazos del estúpido humano, me miro y reconocí su mirada, su voz, la calidez de su cuerpo, su perfume, una parte de mi susurro su nombre, me miro frio y distante y me sonrió, ¿QUIÉN DIABLOS LE SONRÍE A UN PULPO?, quise tocar su hombro y gritarle: ¡SOY YO ESTUPIDO MIRAME, SOY YO!, pensándolo bien, derretiría su cerebro al decir eso, es lo bueno de ser un pulpo, siempre pensamos. El dueño del barco le gritó rogándole que me devolviera, ese hombre me hizo de su pertenencia, como un objeto, mientras, yo sé que solo le pertenezco al agua. Él solo miro y negó con la cabeza, me metió a su bolso y se echó a correr; yo estaba apretada y lamentablemente a pesar de ser un pulpo, las fobias que tiene un humano se apoderaban de mí, sentía claustrofobia.