La temprana lluvia de agonico invierno,
despertó en mí recuerdos dormidos,
quitó cerrojos a mi memoria sin olvido
sacando lo que mi alma anida eterno.
Llegó como una agitada bandada,
de ocres hojas de otoño marchitas,
rompiendo sueños de nieblas heridas,
ya sepultada en mi vieja madrugada.
Fue como puñal abriendo viejas heridas
cicatrices en el tiempo de llantos dolidos,
secretos mudos de calendarios vencidos,
experiencia de dolor marcada en mi vida.
Canta la lluvia en el techo con brusquedad
como triste melodía de un canto no terrenal,
vuelve abrir viejas heridas como un frío puñal,
de unos besos idos que me dejaron en soledad.
No pude contener en mi pecho el sollozo sufrido,
y aparté ligero de las sábanas el llanto,
busque mi fiel pañuelo que de ello sabe tanto,
de ese sufrido amor que en mí no tendrá olvido.
Poeta al atardecer.
Septiembre de 2021.