Daniel Isaac

¡La orden viene de arriba, ejecútela!

Para todas las víctimas asesinadas por la tiranía. Los dieciocho asesinados y más de ochocientos heridos, hasta hoy cinco de mayo. Para aquellos que salen a las calles velando por su futuro. S.O.S COLOMBIA.

 

A las once en punto, el presidente avisa al congreso,
que la reforma se aprueba,
sin importar las suplicas de sus consejeros,
que advierten de la injusticia a los pobres y obreros.

Fue puesto al mando para despistar,
Montado por aquellos tiranos,
Elegido por fanáticos descerebrados,
Manejado para arrebatar a pobres, y a los ricos dar.

A las once y cuarto, llega El Comandante
Al despacho presidencial,
y recibe la imposición espeluznante,
de desplegar la milicia en la capital.

El Comandante pregunta por la razón del operativo.
El Presidente indica que habrá protesta,
y sin importar sus intenciones honestas
deben ser erradicadas, con todas fuerzas
“¡La orden viene de arriba, ejecútela!”

A las once y veinticinco despliegan los escuadrones,
El general les da a los soldados, permiso para matar
ellos preguntan si es la única manera de solucionar
“O ellos o tu familia”, escuchan sin rechistar
“¡La orden viene de arriba, ejecútela!”

A las once y media de la noche llega el joven,
A su pieza diminuta y alquilada,
después de una jornada desgastante,
en su trabajo, al que va de forma obligada.

Es un profesor de arte recién graduado
Pero trabaja en un pequeño mercado
Recibiendo migajas por su sudor
Suprimiendo su creatividad con impotencia
Porque no lo llaman de ninguna escuela
Dicen, que tiene falta de experiencia.

Por la ventana, divisa en las calles al pueblo enardecido
repleto en cólera, pero con benevolencia
haciendo arengas contra la decisión del gobierno
suplicando, para que vean su incompetencia.

Decide ir a apoyar, a pesar de su temor
había escuchado el rumor
de que la fuerza pública intervendría con violencia
“La unión hace la fuerza”, dice con complacencia.

Pasaron veinte minutos de felicidad
Cantando y bailando contra la injusticia
Cuando la muerte vestida de camión
llegó con su batallón.

Salieron los soldados con fusiles en mano
organizaron su formación rodeando el montón
Apuntaron sus rifles levantando el mentón
“¡O ellos, o tu familia!”
Pensaron antes de acribillar al pelotón

La madre del joven, al enterarse de la masacre,
llegó despavorida de horror
quitó la manta blanca manchada que cubría al fruto de su vientre
y el clamor de su alma, proclamó con esténtor
¡La orden vino de arriba, lo ejecutaron!

Lograron encizañar a sus peones
Hambre contra hambre.
Miedo contra miedo.
Sometidos contra sometidos.
Abandono contra abandono.
La orden vino de arriba, fue ejecutada.