La mujer que yo amo,
tiene amor en las venas
Tiene risa de niño,
y el brillar de una estrella.
La mujer que yo amo,
tiene manos de seda
Tiene magia en los labios
y pasión de poetas.
La mujer que yo amo,
se me va haciendo más vieja,
Se han acortado sus pasos
y se alargaron sus penas
Hoy camina despacio,
con su voz de profeta
Con sus ojos cansados
y su alma serena.
La mujer que yo amo,
en mi casa es la reina
Es el alma de todo,
es mi patria y bandera
La mujer que yo amo
es mi gran cable a tierra.
Ella llora mis llantos
y celebra mis fiestas.
La mujer que yo amo,
va cocinando ideas
Con recetas de sabios
e ingredientes de huerta.
La mujer que yo amo,
va tejiendo una herencia
De bondad y optimismo,
de cariño y certezas.
Va repitiendo relatos
de cuando era pequeña
Y se duerme entre versos
a la hora de siesta
La mujer que yo amo,
es el calor de mi hoguera
Es el sol de mi invierno,
a mi noche es luna plena.
La mujer que yo amo
es de poleos y de mentas
Cedrón en su mate,
y toronjil de agua fresca.
La mujer que yo amo,
es de bastos poemas
Un revés, un derecho,
de experiencia en su cesta.
La mujer que yo amo,
es pregunta y respuesta
Es paciencia de madre
y dulzura hecha fuerza.
La mujer que yo amo,
es muy noble guerrera
Forjadora de sueños,
hortelana de estelas
Sabe ser maga de esfuerzos,
sabe ser reina de huellas.
Tiene un temple de acero
Tiene cariño de tierra.
La mujer que yo amo,
Es mi musa y poema,
La razón del cariño
Se ha hecho amor por ella.
La mujer que yo amo,
Es amor hecha gema
De algún paisaje estepario
O de algún tesoro hecho selva.