No hay clemencia en tus besos
y en tus brazos
muere mi libertad.
La felicidad
oblicua huye del débil corazón.
Juegan en tus ojos
las primaveras injustas,
los estíos leves,
los otoños callados
y los inviernos crudos.
Cantan en tu sonrisa
aquellas melodías olvidadas
de cantores anónimos.
guisseppe guevara flores.
d.r.