José Luis Barrientos León

No respondas cuando diga mía

 

 

No respondas cuando te diga mía

No pronuncies palabra alguna

No sonrías, que tus pupilas no tengan brillo

Que no se desencadenen los poemas con tu mirada

Que no sople el viento, que no suenen las palabras

 

No respondas cuando te diga míos

Que tu vientre no se agite, que no vibren tus latidos

Que tus senos desmerezcan las caricias

Y el silencio inunde tus labios

Que tus ojos no miren los míos

Hasta que mueran en llantos

 

No respondas cuando te diga mía

No pronuncies tu nombre, no musites tu canto

Esconde tu espalda entre las sombras

Para que mi mano se extravíe,

Para que no te sienta,

Para que no llegue al prodigio de tu vientre

 

Solo contesta cuando diga nuestros, cuando diga tuyos

Que no argumenten tus sentidos, que nunca estés indecisa

Que tu pecho sea verbo, y tu matriz alarido

Que tus mamas no sean rosa, que sean rojo encendido

Que tus pensamientos no te lleven a quimeras

Que engendren conflagraciones,

Que incendien tu piel y tus caderas

 

Solo contesta cuando diga tu nombre, María, Soledad o Primavera

Que terso y blanco nácar, tu cuerpo desnudo, rompa todas las cadenas

Que tu alma sea libre y sus alas revolucionarias

Que tus pechos sean montañas,

Donde fecunden niños, hombres y a quien quieras

Solo contesta, yo soy razón, canto y hembra