Una Poeta al Desnudo
Entre rosas de abriles surco el umbral del cielo,
y como primavera, sola por salir al jardín,
veo una poeta al desnudo que encierra entre sus pechos todo el amor,
¡Y qué!, ¡sola en medio del jardín!,
¡Rosas, Cruz de Marta, Claveles y Margaritas!,
¡Y qué!, ¡y sola, una poeta al desnudo!,
con su papel y pluma,
con sus gajes de lectura,
y la faena en puño y letras,
entre rosas yá marchitas están sus deseos,
si entre mares abiertos está la bruma espesa,
y entre perdones y condonaciones,
está la felonía en una sola traición,
que se disfrazó de amor,
veo a una poeta al desnudo,
está en el jardín y llena de rosas,
y se percibe su aroma,
a rosas marchitas,
cuando en el jardín está su alma,
en ese jardín donde yacen las penumbras,
y sombras por un árbol,
que no deja ver los rayos del sol,
sólo está el ocaso frío,
y en silencio hacen de lo de ella...,
una poeta al desnudo,
con sus letras afables y de amor,
hacia una esfera clandestina,
como un perfecto clamor,
que le dejó sólo calor,
y si entre rosas de abriles surco en el umbral del cielo,
y veo a una poeta allí,
sentada y mirando al cielo,
con sus papeles al vuelo,
y sus letras en la memoria,
donde yace el tormento,
de un desvarío como el delirio,
y tan frío como el viento,
cuando yace allí,
una poeta al desnudo,
y entre sus pechos un niño,
que es la más dulce poesía para ella…