Indago por tu mundo buscando una razón,
alentando a mis miedos, ahuyentando este dolor,
dagas manchadas de sangre y honor.
Recae sobre mí todo este peso que apenas siento,
vertiginosas son mis condenas,
barrotes esclavos, ni libertad tengo.
Por dónde has venido que ni te he sentido,
cuánto llevas ahí, para así yo sentir.
Qué puerta has cerrado, que ni mirar me has dejado.
Juego con palabras, sota, caballo y rey.
Cartas arrastradas, peones de ajedrez.
Una partida ganada, una ficha marcada,
rituales en el tablero presagio de mal agüero.