A ti, rosa hermosa
que dibuja la luna
en la noche de mi sueño
y reflejas el semblante
de mis alboradas.
A ti que en el suspiro
silencioso, de tu hechizo
irradias el latir de las estrellas,
y desborda la musa inolvidable
de este humilde servidor.
A ti belleza de mi colina
cómo el sol que te abraza
y la noche que te ilumina.
Aquí sobre ésta ribera
puse un día tu bandera
para que no me olviden
cuándo ya nada se espera.