Mañanas tranquilas,
cansadas, dormidas,
letargo de siempre
antes de la comida
y el peso de tu cariño
que me ilumina la vida.
Mañanas de vacaciones
que añoro porque no tengo,
que me traen emociones
escondidas en recuerdos
de las pobres ilusiones
que no encuentro en la corrida
de tener que trabajar
en la oficina aburrida.