Gonzalo Ramos Aranda

De López y el carajo

“Que cita con desparpajo . . .”

De una forma inesperada,
con tremenda leperada
digna solo de un arriero
o de cualquier verdulero.

Así, sin costarle trabajo,
López, pues, mandó al carajo
a las víctimas de Tláhuac,
desde el Palacio de Anáhuac.

A esas que, el día tres de mayo,
sufrieran peor que un desmayo,
más de veinticinco muertos,
setenta heridos, bien ciertos.

Claramente, sí, Señores,
en vez de rendir honores
o de enviarles unas flores,
les recetó sus ardores.

Dijo en muy pocas palabras,
lerdas, lentas, siempre tardas,
que nunca irá a visitarlos
o al menos a consolarlos.

Dijo, en un lenguaje llano,
que esas prácticas de antaño
son de los noeliberales
y que, ya: “no somos iguales”.

Dijo también, mis lectores,
que, antes, los conservadores
hipócritas, tales por cuales,
iban por fotos a hospitales.

Pero que, a él eso no le gusta,
tal estilo le disgusta,
y al fin, con gran desparpajo
que manda todo al carajo.

Así, el peje autoritario,
para nada solidario
con los problemas del pobre,
nos sigue mostrando el cobre.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda            
Ciudad de México, a 08 de mayo del 2021                                                                                      
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