Para el amor que siente una buena madre,
no hay mañanas, ni tardes, de un solo día,
la madre ama constante todos los días,
y en tragedias el dolor su alma taladre.
Igual sin excepción por todos sus hijos,
que en sus oraciones diarias les bendijo,
viviendo ausencias con la resignación,
y en distancia abraza en reconciliación.
Porque la madre es una flor que dió frutos,
y a quien por deber hay que ofrendar tributos,
por ser fruto maduro en la creación,
y el mas noble ejemplo de devoción.
Dichoso aquel que la salude y abrace,
cuando este viva y aún su pecho late,
y de aquel que su tibio regazo goce,
antes de que la muerte se la arrebate.
Sepa cuán importante es su grande amor,
entregado puro sin mediar condición,
para los hijos desde su nacimiento,
o en el mismo instante de la concepción,
no es amor que se cambie por otro amor.
Y Aunque la luna sea una roja fresa,
y el sol transforme a nuevo color turquesa,
hay que ser un hijo fiel y agradecido,
para quien la vida dió y hubo parido.
Raquelinamor
Miami Mayo 9, 2021