Quedaron atrás días angustiosos
al partir de mi lado aquella ingrata,
tras ello viví momentos hermosos
al volver a amar en forma inmediata.
Y así fue con mi nueva compañera
cual una luz brillante para mí,
candela luminosa y hechicera
desde el día en que su amor asumí.
La bondad que revela su persona
y el cariño que siempre ella demuestra,
se merecen les ponga una corona
por ser la reina de la vida nuestra.
Hoy poseo un amor puro y fecundo
y soy el hombre más feliz del mundo.
Jorge Horacio Richino
Copyright