¡Por esos ojazos que me han mirado,
Por esos labios que me han besado!
Daría todo lo que me queda de vida
y caería, sin pena, a tus pies, rendida.
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Quisiera esperarte de nuevo mañana,
cuándo asomes tu cuerpo a la ventana.
Quiero invitarte por la senda a caminar,
a ver, si de una vez, me quieres amar.
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No me resisto a tus esperados besos,
tampoco, a esos abrazos traviesos.
Navego entre las nubes cuando te veo
y se me viene la inspiración y te verseo.
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Una cosa te diré: en este tipo de amor
pasa algo que, mezclo la risa y el temor.
Una nunca sabe del amor y el odio tanto
y termina de acabar el deseo y el encanto.
¡ Para conocer del amor y hasta dónde,
es mejor, cuando el amor no se esconde!