Aunque ha estallado ahora, en primavera,
ha sido una tormenta de verano,
intensa, si bien poco duradera,
de enormes rayos, uno bien cercano,
de un ruido atronador, brutal, insano.
Qué pena que no estabas a mi vera,
sujeta con firmeza por mi mano,
o abrazadita a mí, si mejor fuera,
a fin de mitigar la tembladera
que, viendo el fin del mundo ya cercano,
habrás sufrido, como si lo viera,
en casa solita y buscando en vano
algún rincón en que esconderte entera,
mi Rita, en la tormenta de verano.
© Xabier Abando, en 09/05/2021