Preciosa, reapareces de la nada,
mi corazón de nuevo late a mil,
deseoso siempre de volver a verte,
una ilusión revive en mi ser.
Hoy dormiré para soñarte,
con el poder de Dios despertaré para pensarte,
estaré lejos para extrañarte,
vivo para anhelarte,
y sensato para otra vez amarte.