Vacía y oscura
esperando siempre,
como una escultura
tan fría y silente.
Vagas por tugurios
te observa la luna,
tus galas te visten
bella cual ninguna.
Con ojos profundos
casi como cuencas,
escolta la muerte
tu fatua inocencia.
Tu corazón negro
casi no lo observo,
intuyo que tiene
plumaje de cuervos.
Te precede el mal
y eso no te estorba,
pues tu ya conoces
que el mal es tu norma.
Tu lengua y tu boca
destilan veneno,
lo dicen mil labios
que ya sucumbieron.
Solapada, astuta,
ave de rapiña,
espectro y fantasma,
te trocas en niña.
Te vas deslizando
tan inconsecuente,
como repta a veces
la astuta serpiente.
Con solo observarte
siento escalofríos,
por ti corre sangre
tanto como ríos.
Fría como nieve
son tus bellas manos,
que serán el pasto
de muchos gusanos.
Te ame en el ayer
fuiste mi tortura,
y hoy me toca verte
vacía y oscura.
AB JORGE LUIS MURILLO
01-05-09