#Nauro Torres

Joven amor

 

“Lo más bonito de estar enamorado es el silencio.

Ese silencio que se crea cuando dos personas se miran a los ojos”

  José Gómez Iglesia

Me hiciste saber de tu existencia

con un manojo de flores amarillas

atadas con cinta roja.

 

Sorpresiva, curiosa y expectante

fue tu presentación;

indagué, te busqué para conocerte

y agradecerte las rosas coquetonas

que adornaron la oficina, imaginando

el corazón fulgurante que las envió.

 

Tu juventud,

tu piel canela,

tu sonrisa,

tu espontaneidad,

tu maternidad,

tu soledad,

tu interés por mí;

me cautivaron.

 

Nos vimos,

nos atrajimos,

nos enamoramos,

nos entregamos,

y nos fusionamos

en una pasión sin condición.

 

Casada y abandonada estabas,

un hijo era el motor de tu existencia,

asuntos laborales nos separaron,

tus hermanas me vieron mayor para ti.

 

Así como apareciste,

me alejé de ti,

viajarías luego a rehacer tu vida familiar,

sin lograrlo, regresaste libre y dispuesta;

y yo, comprometido e indispuesto.

 

Tú, allá, yo aquí;

cada uno en caminos paralelos,

pero lo intenso de lo vivido en antaño,

recuerdos brotan con agrado.

 

La suma de los años transcurridos,

trae ocasionalmente a la mente

maravillosos recuerdos compartidos

y en ellos, la diferencia

en años de experiencia,

no hubiese sido un obstáculo para fusionarnos.