Filas de libros
esperan, impacientes,
a que los lea.
Cientos de páginas,
decenas de relatos
y de aventuras.
Sueños dorados,
amores y pasiones
inalcanzables.
...El tiempo pasa,
el polvo se amontona
sobre sus lomos.
Duermen los sueños,
se otoñan los relatos,
llega el invierno.
La nieve cubre
con manto plateado
tantos suspiros.
Y mientras tanto,
los ojos parpadean
con cataratas.
Tras las cortinas
se esconde la inocencia
con miopía.
También los versos,
ocultos del poema,
duermen allí.
¡Bellas pupilas,
cansadas de la vida:
buscad los libros...!
Rafael Sánchez Ortega ©
20/12/20
Hoy me recordado de los libros que esperan a mis ojos cansados para ser leídos y acariciados. Y es así, desde que tengo memoria y recuerdos. Por eso volver atrás, a través de los libros es fácil para mí. Podría decir, al ver un libro leído, cómo y cuándo lo hice y cómo me encontraba. En una palabra forman parte de mi vida y así los considero. Compañeros y amigos que me han dado tanto y nunca me han pedido nada.