Allí donde el sol calla
Está tu recuerdo clavado como un puñal
Un dolor difícil de sacar
Un sol negro y agobiante.
Una recelosa mortaja que no nos deja respirar
Furibundo y perdido…
Así está nuestro niño
Loco de ternura, de dar.
Y, sin embargo, ¡ay!
Qué solo está, en el silencio y en la necesidad…
¿Es acaso el infierno nuestro corazón?
¿Es él nuestro Amo?
¿Nuestro mayor temor ante la muerte?
Oh, corazón… no te lances al vacío
Vuelve, vuelve una y otra vez…
Te lo ruego, vuelve.
Vuelve a Amar…