Por fin mi barca volvió a tu puerto,
donde encontró todo destrozado,
no quedó nada de aquel pasado,
lo que era bello, se hallaba muerto.
El nido verde de aquellos días
A duras penas mostraba yescas,
ya no tenía las hojas frescas,
solo manojos de hierbas frías.
Nadie te dijo como sufría
el día aquel de mi cruel partida,
menos supiste de mi alma herida,
porque eras tú la de entraña fría.
Yo sin embargo fui tolerante
y sin pensarlo volví a tu vida,
que no sabía tan destruida,
y así a tu puerto llegué anhelante.
Hoy me arrepiento de este regreso
que nada bueno nos ha dejado,
porque la historia de aquel pasado,
no creí fuera indeleble impreso.
Ese vacío que hay en tu pecho,
Y te detiene cualquier sentido,
hace que huya arrepentido
y no retorne nunca a tu lecho.
No quiero más implorar amores
ni suplicarte que me perdones
porque prefiero que me abandones,
a soportarte, tantos rencores.
@ Saul Sánchez Toro
Mayo 2021