Cuando seas mayor y tus cabellos se tornen grises,
y adormecida junto al fuego del hogar cojas este poema,
y lentamente recuerdes, soñando con la mirada perdida,
aquellos días vividos, días de luces y algunas sombras.
Viejos recuerdos que en alma adormecida perduran
aquellos días en los que amaron tu belleza y grandeza
días en los que un hombre amó tu alma peregrina ,
y compartió contigo las penas y alegrías del amor.
Inclinándote junto al calor del hogar crepitante,
susurraras, un poco triste, cómo aquel amor voló,
voló como un polvo lejano sobre las montañas,
para esconder su rostro entre las estrellas.