Vaya que los buenos y únicos protagonistas
son cuatro objetos de peso puesto sin cesto,
que yo apuesto vasijas con buen gesto
y dormidos en semi-oscuridad naturalistas.
Se ve como una sombra de crudo realismo
como ternura en las cosas cotidianas, infinito,
aunque atrapados sin posible salida del apetito
de ese colorido austero del compromiso mismo.
Se busca equilibrio con ese orden insonoro,
una paz viéndolas sencillas sin fuente losa.
Bodegón con cacharros parados en el siglo de oro
pero que siguen su curso como palabras en prosa.
Así digno cuadro que ver sin castigo ni perdido,
en buena línea queda que bendigo y no olvido.
NACHO REY