José Luis Barrientos León

El tiempo en un reloj

 

 

El reloj que no distingue con su constante tic tac

Pasea su sonido sobre todos, y en todo lugar

Nos acerca inexorable a nuestros propios destinos

A los anhelos que el alma guarda en sus cajones

 

Minutero que pausado ha desnudado mi alma

Sosegando los constantes desvaríos de mis sueños

Jure que no lloraría al ver tu caminar,

pero me has dado ese derecho a llorar

jure que seria libre con tu tenaz deambular

pero tu me has dado el derecho a desandar

 

Tiempo en que partieron prejuicios y preceptos

Tiempo en que el alma y la piel desnudaron sus afectos

Tiempo en que agradezco libertad de los apegos

Tiempo en que partimos, tiempo en que volvemos

 

Tiempo para el cansancio, para arroparme con cantos

Para hablar lo inevitable, para la verdad que no perdona

Ahora que puedo jurar, no juro, ahora que puedo rezar no creo

Tiempo que lo cambia todo, tiempo que se quedó sin tiempo

 

El reloj que no distingue entre latidos y olvidos

Reloj que camina lento con la lámpara encendida

Haciéndome testigo de lo malo y lo bueno

Un minuto para mi vida, un minuto para mi muerte

Una eternidad para reconocerte 

Y decir que no te olvido