La vida es una función por tramos continua perfecta,
en este caso el tiempo es la variable independiente,
un extremo es la concepción, aunque sea imperfecta,
la felicidad es entonces la triste variable dependiente.
Esta noble función genera todo tipo de valores críticos,
su derivada crea tangentes paralelas y perpendiculares,
parece un lindo restaurante con variados platos típicos,
pero el sonido es imperceptible y requiere auriculares.
Ella es preciosa cuando presenta un máximo absoluto,
se torna poco saludable si exhibe ese mínimo relativo,
formamos una letal solución haciendo parte del soluto,
esto implica una recurrente necesidad de ser ilustrativo.
El néctar de esta función está en los puntos de inflexión,
el rumbo de la vida varía en un instante completamente,
somos obligados a efectuar un pare y hacer una reflexión,
logramos intervalos de felicidad y dormimos plácidamente.
Jaime Muñoz, abril 30 de 2021