A Diana Patricia
Hija
Tu papi tiene suerte
Al menos
Paga un arriendo
Con la quinta parte de su sueldo
Por una casa donde duermes
Más que un perro ciego
Y además
Tiene un empleo
Muy mal remunerado es cierto
Pero fijo entre paréntesis
Con unos deberes que empiezan
Desde que él despierta
Y sin embargo
También tiene derechos
Puede por ejemplo
Protestar en silencio
Sin que por eso lo echen
Y descansar con el almuerzo
O cuando duerme
Y si se antoja
De organizar sus compañeros
Es libre de hacerlo para libar con ellos
Y puede también gritar
Que está contento con su horario
Renunciar al sindicato
O cantar el himno nacional o un vallenato cuando
Quiera
Sin que nadie lo moleste
Le sobran libertades
Los textos lo consagran
Tiene derecho a amar y ser correspondido
A odiar el régimen y ser puesto en la cárcel
A mirar las estrellas y maldecir
Su insignificancia metafísica
Odiar tampoco le es difícil
Pero debe ser bueno como el pan
Y resignarse
Si quiere que se le trate con cariño
Y amar a tu madre
Con verdadero amor
Y no por aquello de que el
Que no tiene más con su mujer se acuesta
Y por ultimo
Puede decirle adiós a los muchachos
Y sentarse a reír porque todo está bien hecho.