Perdió la memoria, se olvidó de todo, su nombre, su dirección, su estado civil y trabajo. No sabía de problemas y vagaba por las calles, saludando, sonriendo y desde entonces fue feliz. Nadie lo reconocía y el no conocía a nadie. Dormía en una esquina y decía a todos los que pasan por su lado que lo importante era vivir sin hacer mal a nadie...
Vivir y dejar vivir.