Enjauladas en un puerto congelado,
bajo cielos grises oprimidas
cual copos grandes de nieve planean,
sus gritos en las calles resonando
Cautivos los barcos pesqueros
por tempestades invernales,
siguen ellas en vez tranvías
de blancas velas imaginarias.
Aprendí en un sueño de infancia
el secreto de su idioma,
hablan de galeones naufragados
en las playas de islas lejanas
llevan con ellas nuestros anhelos y miedos
recontados en historias de los marineros,
a veces con carcajadas,
a veces con lágrimas salobres
David Arthur ©®
El cuadro de pincel propio