Cuando somos culpables
eso rápido debe resolverse
actuando con valentía
y no hay porque esconderse.
Es una mala costumbre
eso de culpar a otro,
cuando la culpa es nuestra
la llevamos tatuada en el rostro.
Si cometemos una falta
se debe reconocer al instante,
para evitar tener problemas
al momento y más adelante.
Si a uno injustamente
la culpa le quieren echar,
lo correcto es defenderse
para evitar el nombre manchar.
Nadie quiere ser culpable
pero eso viene sucediendo
y debemos reconocer la culpa
si algo malo estamos haciendo.
No es igual sentirse culpable
que verdaderamente serlo,
pero lo más duro y difícil
es tener que reconocerlo.
Autor: Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,07/05/2021.