Moreno éres, hombre de café.
Tu cuerpo tiene
el color y los aromas
del café salvaje.
Ven ahora, amado mío,
quiero olfatear tus aromas,
degustar tu sabor
y deslizarme suavemente
sobre tu piel morena
hasta tus más secretos
laberintos de ensueño.
Tus besos y caricias
mi cafeina son.
Ámame ahora,
antes de que el Olvido
despierte de su sueño.
¡Ven, que sin ti
yo muero!