Que la gente tiene miedo,
Se ha marchado su valor,
Se olvidaron de su credo,
Fue escapándose su amor.
Si esperaban la certeza,
A través de su dolor,
La incertidumbre y el miedo,
Se volvieron su prisión.
Al creerse ser los dueños,
De su vida y su misión,
Ataviándose sus mentes
De egoísmo y de control,
Olvidaron a su suerte
Cualquier fuerza superior,
Que a este yo no le conviene
Y hoy se ha vuelto sufridor.