El café de tus ojos
Dos tazas de tus ojos cafés,
para despertar la mañana
en un restaurante japonés,
observando por la ventana;
como llegas otra vez.
Una noche tu mesa vacía
esperando volverte a ver,
sentí que mi apetito perdía,
ya no sabía ni que hacer;
quizás te vea otro día.
Fueron dos semanas esperando,
volver a verte, una vez más.
Entraste con tus ojos brillando,
no vi ojos hermosos jamás;
yo ya te estaba esperando.
Dos tazas de café por favor,
crema para la señorita,
para mí con dos gotas de amor,
en esta ocasión se amerita,
un café de gran sabor.
Otro café por favor,
que no puedo resistir,
encontrar en sus ojos,
ese ansiado elixir
llamado amor.
Llegó la hora de despedirse,
extrañaré tus ojos cafés,
mis ojos no van a rendirse,
de volver a verlos, otra vez;
ya no deben afligirse.
¿Mañana te volveré a ver?
¿mis ojos tendrán el privilegio
de tus ojos enternecer?
¿y dejarme escuchar el arpegio
de tu voz y renacer?
Otro café por favor,
que no puedo esperar,
encontrar en sus labios,
ese dulce manjar
llamado amor.
Fher
(Todos los derechos reservados por el autor)