Desnuda
¡Oh, Dios, si su adiós jamás me arde!,
tú, desnuda el alma, me dijo,
y corrí a ella como escondrijo,
y quedé como un triste alarde,
cuando desnuda quedó su alma,
si cuando me amó tal desnuda,
y me dijo que el cielo anuda,
pero, yo quedé sin más calma,
desnuda el corazón ahora,
si cuando en la maldita vida,
tú, quemas al tiempo y a la hora,
no desparrames lo que ignora,
si sabes desnudar la herida,
no me dejes y mi amor valora...