Nos vimos por primera vez una mañana de febrero, ambos estabamos sentados escuchando las palabras de aquel profesor de bata blanca, que nos recordaba como tratar la malaria, el dengue o la migraña.
Mientras que la clase pasaba, te miraba de reojo y sentia en mi corazon que algo especial podria suceder entre nosotros, tu con tu tez blanca como la leche, de delgada figura, sonriente, y de cabellos negros como la noche.
Y yo con mis deseos en mi mente de conocerte mas, no dejaba de mirar a la ventana que estaba cerca de tu silla, como si quisiera que con mi mirada te aproximaras a mi y me dijeras si me querias.
Hasta que termina la clase y por fin tu mirada choca con la mia, fue solo un instante , pero en ese momento ambos sentimos que algo habia cambiado en nuestras vidas, como si la esperanza nos hubiera visitado ese dia.
Luego nos saludamos, nos besamos en la mejilla, y empezamos a hablar de por que aun no te conocia, sobre tu belleza al caer el dia, y que si querias te acompañaria hasta tu casa, para conocernos mas y me contaras de tus deseos de ser mi amiga.
Y ya en la tarde, despues de tantas palabras y miradas furtivas, empezamos a preguntarnos en silencio, si sera verdad que el amor en un dia se apodero de nuestras sonrisas, y nos dejo enamorados en medio de tantas ganas de besarnos, bajo la luz de la luna, como un amor de dos que llego con la brisa.