No se cansa de mirar
un velero en la bahía,
apasionada vigía
de los arrullos del mar.
Una brisa se dispersa
que flamea los tejidos.
Y ella otea los sonidos,
en abstracciones inmersa.
Se sustantiva un color,
un horizonte azulado,
y en el cristal reflejado,
la paleta del pintor.
La fama intuye su hermana,
convertida en personaje,
mientras contempla el paisaje
asomada a la ventana.
CUADRO: FIGURA EN LA VENTANA (1.925)
SALVADOR DALÍ