Quién toca el ventanal
al caer la noche, si la aurora
no espera encontrarte a solas.
Mientras el aire es valiente,
con su cadente estallido
¡Ay! nadie puede ayudarte.
Yo soy la luz de la luna
a hurtadillas te mostraré,
que vengo domando el desgarbo.
Y estoy brillando en este momento,
como himno glorioso y gigante
pero no vine a luchar en vano.
Mañana la luz del día olvidarás,
si pudieras oír la profundidad.
¡Ay! pero te tengo atrapado
y quisiera escribirlo una y otra vez.
Yo soy tu ángel caído,
no busques otras manos,
vive con mis propios ojos.
Galilea R