Un día de Adagio pasará por Roma
y viera en ella toda la gran belleza
que no es broma tan bello idioma
toscano en este país de bota nobleza.
Un día de Allegro en sol por Siracusa,
ver a Malèna,mujer de lindeza fantasía
como por Milano a Caravaggio sin excusa
el claroscuro lombardo lo llenase de alegría.
Un día Molto-Vivace las cuatro estaciones,
y Dante escuchándole cuentos inventados
que no de noche fuego,clara y fría visiones
un día Finale-Presto sin ángeles sagrados.
David en su casa de Florencia nada cristiana
que a tanta historia suena a sinfonía italiana.