Sin darme cuenta
recorro los jardines
siempre soñados.
Crecen las flores
en medio de poemas
y de sonrisas.
Hay como magia
que escapa de las rosas
a las pupilas.
¿Serán las fechas?
(me digo y me pregunto)
de Navidad.
Quizás el tiempo
de frío, es el culpable,
con los recuerdos.
O la pereza
y el sueño de mi cuerpo
que está cansado.
Pero las flores
que nacen en invierno
no son un sueño.
Son pensamientos,
caricias y susurros
con vida propia.
Tienen encanto,
y ofrecen en sus pétalos
cientos de besos.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/20
¡Qué de jardines vienen a la memoria con estas fechas...! Días y momentos inolvidables con esas flores tan diversas y llenas de colorido que alegraron las pupilas del alma.