El suspiro será al hombre,
lo que las olas al mar;
al mirarlo ha de asombrar,
¡no hay suspiro que no asombre!
Todo mar tiene su nombre
y en dinámico oleaje,
embelleciendo va el paisaje
con un barco que a babor
eleva anclas que a estribor
impide ya su abordaje.
¡Qué suspiro más profundo
cuando miro su silueta
cual pétalos de Violeta
con su rico olor fecundo!
Los suspiros de este mundo
van volando por los aires
con abundantes donaires
que se expanden como el eco
penetrando el recoveco
y expulsando los desaires.
Suspirando voy pensando
que mis ojos se deslumbran
al ver estrellas que alumbran
cuando el mar voy navegando.
Y el viento que va soplando
sopla sobre los manglares
inspirando los versares
sobre el agua turbulenta
cuando la ola se revienta
y suspiro mis bregares.