José R.

El charco

La articulación parece imposible
y en segundos me libero de la carne,
el escenario no tiene sentido
de humedad se impregna mi vestido.

Sonrío a las gratitudes de la vida
mientras nubes los fluidos desvanecen,
temeroso ante el futuro incierto
un gigantesco hielo cubre todo el cuerpo.

Clavo a lo lejos una mirada penetrante
el mundo creo recorrer en un instante
las andanzas de niño a hombre
se presentan por última vez.

Siempre desee las multitudes
y ojos que miraran al celebre,
no con dolor y agobio
no con un triste asombro.

El último suspiro no llega
ya es extensa la espera,
elevo con nostalgia mi vuelo
mientras un charco decora el pavimento.