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Oye esa voz que en el abismo clama y en loza fría se agita
Que tormentosa entre llantos y epopeyas
Llora, gime y llama
Que mustia y harapienta en sus enjutos huesos
Arrastra hambre y sed cuál campo santo.
Esa voz que enflaquecida
Desde el embrión suplica
Que en humillante silencio y con las manos atadas
Arranca de la boca el bozal que cercena el pensamiento
Esa voz que frente a la ráfaga asesina y cruel de la contienda
Se haga la paz su corazón suscita
Esa voz que en la sangre inerte por el pavimento rueda
Detente y escucha…
La voz del secuestrado
De la mujer violentada
Del joven agonizante y torturado
Y la madre desesperada
Oye esa voz…
La voz de la conciencia
Que de un tajo sacude la luz de la existencia.
Imagen: Tomada de Rincón de Literatura y Bohemia.
Luz Marina Méndez Carrillo/1705/2021/ Derechos de autor reservados.