Petrificar
Enredar entre las enredaderas de la vida amarga,
es permanecer en el escondrijo de espinas dolorosas,
de una rosa adolorida y sin más calma que la tempestad,
cuando es un dolor sus heridas más profundas,
cuando tomo su vida y no es la mía,
petrificar los dedos en esas espinas salvajes,
de selvas clandestinas de perenne dolor,
es cuando abres la incógnita y tan infinita,
como el cielo mismo y sin poder llegar más,
¡al cielo!, ¡sí, al cielo!, ¡y por más perdida que vá la vida!,
no dejes saber que el destino es mi camino lleno de rosas,
y de espinas y tan salvajes como poder hallar,
lo que perfila el camino es poder petrificar,
a la rosa en el mismo instante que un corazón sabe de amar…