La hora de la rendición ha llegado,
acepto mi sino y no ser allegado,
acepto el lugar que me da cobijo,
acepto a pesar de todo no estar amargado.
Es extraño cuanto tiempo y energía,
se pierde en ser falso y diplomático,
es mejor ser distante, y estar serio,
estar en tu muralla defensiva.
La hora de la rendición ha llegado,
pero no será como tú querías,
una esclavitud forzosa y dolorosa,
será una huida con todas las consecuencias.
Le he dado siempre tremendas vueltas al pasado,
a mis errores, pero casi nunca a mis aciertos,
el niño inseguro siempre está detrás de ello,
así que acepto mi rol y un lugar en el destierro.
En el destierro suelen estar individuos nobles,
de alma y espíritu, pero inocentes,
entendido como que.. el mercado es perfecto,
cuando realmente es casi siempre oligopolio.
Si algo realmente me enorgullece,
es que siempre he sido amigo de los frikies,
de los tímidos, de los injustamente impopulares,
y que ser mono volador me entristece.
La hora de la rendición ha llegado,
vivo felizmente en mi destierro,
seré un soldado cuando se me solicite,
nunca he sido ni seré fanático.
Y si alguna vez tengo que volver a la lucha,
nunca por supuesto te daré la espalda,
estaré muy poco tiempo en tu mirilla,
y lucharía por primera vez sin ley ni conciencia.