Quien podría mirarme ahora
dentro del abismo
las sombras me corroen
me consumen con sus llagas
Quien podría mirar mi dolor ahora
compadecer mi tormento sulforoso
las lagrimas se vuelven negras
y mis ojos llorosos rojos
no hay nadie más conmigo
la muerte espera ansiosa
de tomar mi alma consigo
una bebida de licor
Mi ser no se dintingue a oscuras
tan bellas las negras rosas
todo aqui me sabe lugubre
las lapidas tienen varios nombres
cada uno de mi dolor escrito ahí